Ávila
Presentación
Ávila de los Caballeros
Fecha de declaración: en 1985 y en 2007 se amplía
Figura de protección: ciudad de Ávila
Coordenadas:
Ubicación: Ávila
Datos Generales
Situada junto al curso del río Adaja, Ávila es la capital de provincia más alta de España. Se encuentra a 1.131 metros sobre el nivel del mar, lo que explica las relativamente frecuentes nevadas que sufre su casco urbano en invierno.
La ciudad posee los títulos de “Ávila del rey”, “Ávila de los Leales” y “Ávila de los Caballeros”, concedidos por Alfonso VII, Alfonso VIII y Alfonso XI respectivamente y todos ellos están presentes en la bandera de la ciudad.
La seña de identidad es su muralla medieval completa, de estilo románico. Considerada tradicionalmente como “ciudad de cantos y de santos”, su casco histórico medieval se encuentra en un excelente estado de conservación.
Ávila Patrimonio de la Humanidad
Además, en 1884 las murallas de Ávila fueron declaradas Monumento Nacional, en 1982 la ciudad fue declarada Conjunto Histórico-Artístico. Desde el año 1985 la ciudad antigua de Ávila, su muralla y las iglesias extramuros de San Vicente, San Pedro, San Andrés y San Segundo son consideradas Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. En el año 2007 la Unesco decide ampliar la declaración de Patrimonio de la Humanidad a las iglesias de San José, Santo Tomás, San Martín, Santa María de la Cabeza y San Nicolás.
Historia
Entre celtas, vetones y arévacos
Se estima que los primeros pobladores de Ávila fueron las tribus celtíberas de los vetones y los arévacos en el siglo VII a.C. La ciudad de Ávila nación bajo el nombre de “Obila”.
La posterior llegada de los romanos parece ser que no provocó grandes enfrentamientos con los pueblos autóctonos y así comenzó un período de intensa romanización, tal y como demuestran los restos de calzadas y puentes de la provincia. El fórum, corazón de las ciudades romanas, se instaló en lo que ahora es la Plaza del Mercado Chico. Alrededor de esta plaza se levantó el primer recinto murado. La cristianización de la zona comenzó en el siglo II. Tras la caída del imperio romano, Ávila permaneció bajo el poder visigodo. En el año 711 la Península Ibérica es invadida por los árabes y tan sólo un año después Ávila ya es una ciudad bajo el poder musulmán.
En aquella época el rey Alfonso I, aprovechando las revueltas bereberes en el centro de la península, toma la ciudad. Comienza así un periodo de luchas fronterizas que dura casi 400 años. Durante más de tres siglos son innumerables las acciones militares de ocupación y devastación que se dan por la toma de Ávila entre los astur-leoneses, castellanos y árabes.
A pesar de la mala situación en la que se encuentran, dentro de Ávila permanecen pequeños grupos de población cristiana que poco a poco se van relacionando con el resto de pobladores y logran revitalizar la ciudad a finales del siglo XI. En la península poco a poco las cosas mejoran, proceso que culmina con la conquista de Toledo por Alfonso VI en el año 1085.
Gracias a ello, antiguas ciudades como Salamanca, Segovia y Ávila son repobladas con gentes procedentes de diversas regiones norteñas. La repoblación de Ávila se desarrolla según el plan concebido y personas de diversas procedencias inician su traslado a estas tierras. Comienza entonces una etapa de intensa actividad repobladora y constructiva que creará una nueva sociedad que alcanzará en el año 1250 los 6.615 habitantes, una mezcla de cristianos, moros y judíos.
A finales del siglo XI y principios del XII se da la gran eclosión del románico en Ávila, con la construcción de iglesias importantes como la de San Andrés o San Vicente.
Durante el reinado de los Reyes Católicos, en la segunda mitad del siglo XV, y de Carlos I y su hijo Felipe II, en el siglo XVI, la ciudad vuelve a renacer gracias a las ideas y venidas de la Corte pero a finales del siglo XVI y comienzos del XVII comenzó una larga decadencia y despoblación debido a la epidemia de peste, que se llevó consigo al 12% de la población y a la expulsión de los moriscos, que afectó al 13,8% de sus habitantes.
En la segunda mitad del siglo XIX se produjo una lenta recuperación demográfica gracias a la construcción del ferrocarril, que hizo de la ciudad un importante nudo en la línea de Madrid a la frontera francesa con Irún.
Actualmente Ávila es una de las capitales de provincia menos pobladas del país , con aproximadamente 59.000 habitantes aunque al mismo tiempo es el municipio más poblado de la provincia.
Destacamos
Matices relevantes
La Catedral de Ávila es la primera catedral gótica de España. No se sabe exactamente quién inició la construcción de la catedral, habiendo dos teorías: una defiende que Alvar García comenzó a construirla en el año 1091 sobre los restos de la Iglesia del Salvador pero la mayoría de los historiadores otorgan al maestro Fruchel la autoría de la catedral y la fechan en el siglo XII.
Obra de Fruchel Se cree que Fruchel construyó la parte más antigua de la catedral, la de la cabecera, y el cuerpo de las naves, las capillas adyacentes y el remate de las torres fueron posteriores.
Inspirada en Saint-Denis Está inspirada en la abadía francesa de Saint-Denis y aunque empieza a construirse en estilo románico en tiempos de Alfonso VIII se derriba para construir una catedral más impresionante por lo que finalmente deciden hacerla de estilo gótico con granito.
El románico A finales del siglo XI y principios del XII se da la gran eclosión del románico en Ávila, con la construcción de iglesias importantes como la de San Andrés o San Vicente.
En la catedral reposan los restos mortales del historiador y último presidente de la II República en el exilio, Claudio Sánchez-Albornoz y del ex presidente del Gobierno Adolfo Suárez y su mujer, Amparo Illana.
Palacios vigilantes En cada una de estas nueve puertas de la ciudad hay uno o varios palacios a los que se encomendaba la defensa de cada puerta.
La muralla de Ávila
Su emblema universal
Símbolo universal y monumento más destacado de Ávila, su muralla es una cerca militar románica que rodea el casco antiguo de la ciudad. Su importancia proviene de ser considerado el recinto amurallado medieval mejor conservado de España y probablemente de toda Europa.
La muralla representa la separación entre el espacio “salvaje” y el “civilizado”. En el campo vivían los campesinos, clase social más baja de la ciudad sobre la que además recaían el 80% de los costes de las infraestructuras urbanas, incluida la muralla.
La construcción de la Muralla la llevaron a cabo dos maestres de geometría, el romano Casandro y el francés Florín de Pituenga. Su estructura defensiva muestra que se trata de una construcción similar a las murallas del ámbito andalusí.
Se trata de una propiedad del Estado español gestionada por el Ayuntamiento de Ávila. Algunos tramos, los que coinciden con edificios como palacios e iglesias son privados.
La muralla cuenta con 9 puertas, llamadas coloquialmente arcos: la Puerta del Alcázar o del Mercado Grande, la Puerta de la Catedral, de los Leales o del Peso de la Harina, la Puerta de San Vicente, el Arco del Mariscal, el Arco del Carmen o de la Cárcel, la Puerta de la Mala Dicha o Arco de los Gitanos, la Puerta de la Santa o de Montenegro, la Puerta del Rastro de Grajal o de la Estrella y la Puerta del Puente.
En cada una de estas nueve puertas hay uno o varios palacios a los que se encomendaba la defensa de cada puerta.
Los Cuatro Postes
La columnas dóricas
Este monumento religioso, conocido como el Humilladero de Los Cuatro Postes, está situado en la ciudad de Ávila y formado por cuatro columnas dóricas de 5 metros de altura sobre cuyos capiteles se asientan los arquitrabes con las armas de la ciudad. En el centro del cuadrado formado por las columnas, sobre una peana, hay una cruz de granito.
En el año 1157 los abulenses organizaron una romería a la ermita de San Leonardo para celebrar la desaparición de la peste que entonces azotaba la comarca. Aprovechando la ausencia de la mayor parte de la población, los musulmanes atacaron la ciudad y se llevaron todo lo que en ella encontraron de valor. Se organizó una partida para perseguirles pero parte de sus integrantes regresaron a la villa. Tras derrotarles regresaron a Ávila, donde se encontraron con que el grupo que había vuelto antes cerró las murallas y exigía parte del botín para dejarles entrar.
Cuando se enteró el rey Sancho III de Castilla acudió a Ávila y expulsó a los de dentro, condenándoles a vivir fuera de la villa sin títulos de nobleza ni privilegios. Ávila decidió entonces que la romería de San Leonardo se repetiría cada año y entonces se construyó el humilladero de los Cuatro Postes.